Encontramos casi por casualidad una historia francamente interesante:hace unos años se encontraron unos restos arqueológicos de valor incalculable en las costas de Alejandría, en Egipto: nada más y nada menos que las ruinas del palacio de Cleopatra.
Se planteaba un doble dilema: conseguir por un lado que todo el mundo pueda ver y disfrutar un hallazgo histórico, y por otro lado, proteger dicho hallazgo, que si se intenta mover posiblemente sufriría terribles daños.
El arquitecto Jacques Rougerie cree tener la solución a ambos problemas: el primer museo submarino del mundo. Una parte del museo estará en la costa; desde allí y mediante túneles de fibra de vidrio los visitantes accederan a la parte submarina, un edificio coronado por cuatro estructuras cuya forma recuerda a las velas de las felucas.
Tenéis más información y unas magníficas frotografías en Arch Daily
miércoles, 8 de abril de 2009
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